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La fiesta invisible

Por Sandra Russo

 

Hay un país a la vista que tiene la piel irritada. Ese país, ese lado del país, ese costado, es el de exhibición permanente. La parte por el todo, metonimia. No a todos los sectores ni a todas las interpretaciones del país se las cuelga de la misma cantidad de ventanas. Hay una banda de sonido permanente en los medios, música funcional, que refuerza la idea de que la que cantamos es una mala canción.

 

Los grandes medios, después de la promulgación de la ley, han perdido todo decoro. El relato alcanza niveles de ficción tan fuertes que a Mauricio Macri no le parece disparatado sugerir que fue Kirchner el que mandó a pinchar los teléfonos. Hay dirigentes de la oposición que denuncian que están entrando armas a Ciudad Oculta y al día siguiente, después de haberlo amplificado hasta el hartazgo, el coro trágico se pone a hablar de otra cosa.

Todo pasa, todo pasa, viajamos en un tiempo que es una calesita, giramos por los insultos más fuertes que se hayan escuchado en democracia, por las acusaciones más canallas que después se olvidan, bebemos la bilis de los oradores, la danza de los fantasmas, la queja perenne, la distorsión maníaca. El debate político se presenta como un combate con vencedores y vencidos. Es imperioso sembrar la desconfianza. Elisa Carrió también dice que el poder está “usurpado”. Todo se escucha como lluvia: somos quien oye llover.

Los periodistas hemos quedado a los dos lados del río y llueven los cascotazos. Es difícil soportarse, entre unos y otros, y a uno mismo. La vida se volvió incómoda. Está plagada de ráfagas de indignación. Quizá por suerte seamos muy poco corporativos y no hayamos entrado en la Danza de los Colegas cuando llegó el momento de tomar posición. Nunca fuimos neutrales, después de todo. No tenemos manera. Estamos condenados, como todos, a las perspectivas.

Dicen que hay mucha gente que tiene mucho miedo, que los mozos y las mucamas se han vuelto sospechosos. El público de Mirtha Legrand lo cree. Ella se manifiesta así. Y por qué no habría que creerle. Hay mucha gente asustada. Pero no se entiende muy bien qué les da miedo. Cuál es el objeto de su revulsión.

Y sin embargo, en el medio de este tole tole que nos tiene a todos unidos por el agotamiento, pasan cosas sorprendentes. Cinco millones de niños hijos de desocupados o trabajadores informales tendrán un ingreso mínimo. Lo que vale una camisa en un negocio del Alto Palermo. Una tajadita. Una bienvenida a la vida, reconociéndoles lo que hoy no se les reconoce: que son personas. Las más débiles. Las que hoy mismo, como antes sus padres y sus madres, no tienen mucha conciencia del avasallamiento del que son víctimas constantes. El hambre es un crimen, sostienen los Niños del Pueblo de la CTA y las organizaciones sociales. Y qué hay con las organizaciones sociales, que algunos están descubriendo ahora, después de varios años sin piquetes. Ellas son las que más han hecho por los pobres que nos dejó el menemato. Ellas son los mismos pobres organizados. Algo de eso es lo que tiene alteradas a las señoras. Porque una cosa es ayudar a los pobres y otra que a los grasitas se les ocurra disputar poder. Las señoras no se lo plantean en estos términos. El antiperonismo tiene un fuerte carácter esteticista. Lo negro en general espanta. La política se vuelve estomacal: lo blanco no traga a lo negro.

Los spots contra la ley de medios siguen tronando en la pantalla y ahora vendrá la SIP a darles la razón a los ofendidos, y muchos insistirán en que en la Argentina no hay libertad de prensa, mientras siguen con su relato de Guerra Fría. El Estado totalitario que oprime la libertad de expresión. Esta semana me llegó por correo el libro de Pascual Serrano Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo. Tiene prólogo de Ignacio Ramonet. El punto de vista es muy interesante. Tanto Ramonet como Serrano se preguntan cómo funciona la censura en democracia. Me permito introducir este gran tema, el primero que ocultan los medios. No es ninguna casualidad que todavía mantengamos tan obstinadamente en la cabeza un fantasma más compatible con la ex Europa del Este que con la actual América latina. ¿Cómo funciona la censura en democracia?

En todo el mundo, los medios están viviendo un fenomenal proceso de concentración. El poder que disputan no es tan mal visto como el que disputan los grasitas. Los propios medios se encargan de que su causa y su inercia, que es la concentración, sea una causa humanista. En nombre de la libertad de expresión la Fox quiere convencer a los norteamericanos de que Obama quiere alinearse con Chávez.

“Es obvio que la censura ya no funciona por restricción, o por amputación, o por supresión, como lo hace en países donde se mata o se encarcela a los periodistas o se cierra un periódico”, dice Ramonet. Y vuelve a preguntarse lo mismo que Serrano: ¿Cómo funciona la censura en democracia? El libro entero es un intento de respuesta. Pero admite Ramonet que “lo que sí ocurre es que hay mucha información que no circula, porque hay sobreinformación. Hay tanta, que la misma información nos impide –como un biombo o una barrera– acceder a la información que nos interesa”.

Puede que cada tanto nos embargue la sensación de que estamos viviendo momentos de una intensidad impensada, y que esa sensación se alimente con las sensaciones de otros. No había pasado antes que la pobreza fuera utilizada como una chicana más, como la perenne y evidente prueba de un fracaso. Tampoco había pasado que un guante como ése fuera recogido tan pronto, y que de esta coreografía estúpida que baila la oposición de derecha finalmente salieran los primeros pasos de millones de niños hacia el horizonte de su propia ciudadanía.

 

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¿Etica política?

 

¿Ética política o basural político?
ALAI AMLATINA
El pueblo vive desconcertado frente al vaciamiento político de varios dirigentes y medios de comunicación, que incomunican y construyen la Babel de palabras sin contenido.

Me recuerda el tango siempre vigente: “Siglo XX Cambalache”… “Todo es igual, nada es mejor…” y es la realidad de un país que muchos quieren ver sumergido. A pesar de esos males el pueblo sigue resistiendo las frustraciones y desesperanzas y la violencia impuesta de la palabra de quienes buscan confundir y desestabilizar al gobierno, no importa cómo, ni cuando, sólo ven sus intereses partidarios y personales. Argentina ha retrocedido décadas en su capacidad productiva. Un país rico y con gran diversidad, se ha transformado en un país empobrecido y desarticulado. La dictadura dejó huellas del desastre.

Hoy tenemos un país sin soberanía y donde los señores feudales se enriquecen a costa del pueblo. Un ejemplo: ¿cómo es posible que la familia Gioja que domina la Provincia de San Juan, controle la Comisión de Minería en el Congreso y beneficie a empresas como la Barrick Gold, la Alumbrera, que provocan graves daños ambientales y a los pobladores?

La pitonisa mediática vocifera la hecatombe apocalíptica, desde el podio montado para su exclusivo uso por el Grupo Clarín y sus aliados. Consulta el oráculo y tira los huesitos anunciando las próximas plagas, la amenaza de la violencia desatada por supuestos grupos de piqueteros armados que van a provocar otro diciembre del 2001; y culpa al gobierno de todos los males habidos y por haber. Atacan a la organización Tupac Amaru que dirige Milagro Sala, esa mujer valerosa que realmente ha logrado un milagro, ayudando a organizar a los sectores más postergados para superar el hambre, la pobreza, la marginalidad y generando fuentes de trabajo, vivienda y dignidad para el pueblo jujeño. Hoy esa mujer Colla y jujeña sufre los ataques de los medios de “des-información”.

Muchos ciudadanos y ciudadanas se preguntan: ¿Si la pitonisa sabe de hechos comprobados de piqueteros y de grupos armados ¿por qué no hace la denuncia judicial y señala correctamente quienes son los grupos armados? Rechazamos las agresiones contra grupos o personas, como lo ocurrido a Morales en Jujuy, pero también deseamos saber cual es la actitud del representante de la UCR. Me pregunto: ¿Cuánta violencia han sufrido los pueblos, los jujeños, a manos de los que mandan?

Perdonen, pero hay otro problema preocupante: el vicepresidente de la nación, que fue elegido para acompañar la política del gobierno, se dedica a serrucharle el piso. No debe olvidar que es parte del gobierno. Si no está de acuerdo con la política del gobierno, lo más lógico es actuar con transparencia y dignidad.

Es necesario tener sentido común, que es el menos común de los sentidos, que nace del hacer político y ético. Lo correcto es dar un paso fuera del gobierno y asumir la oposición con claridad. Pero el vicepresidente Cobos no quiere bajarse del sillón, se encuentra cómodo en su condición de opositor jugando a la ruleta del “todo vale”.

¿Y… don Cleto, donde está la ética política?- ¿Dónde están los valores y la responsabilidad cívica? El pueblo no come vidrio y sabe de las conductas y valores. Es cierto que el gobierno más de una vez metió la pata y pateo hormigueros y encontró que las hormigas estaban furiosas y no sabe como sacárselas de encima.

Hay varios hormigueros pateados y furiosos que no quieren la intervención del Estado. Sólo les interesa ganar más. Son los que controlan la economía nacional, aquellos que privilegian el capital financiero sobre la vida del pueblo. Ocultan que nunca ganaron tanto dinero a costa de destruir los bosques, la biodiversidad e implantar los monocultivos de soja, expulsando de sus tierras a los pequeños y medianos productores rurales y a las comunidades indígenas. A eso le llaman desarrollo, yo lo llamo despojo.

Hay poblaciones afectadas por los agroquímicos y las autoridades miran para otro lado. ¿Quién se hace cargo de la violencia desatada contra el pequeño y mediano productor rural y los trabajadores del campo, muchos de ellos asalariados en negro, sin obras sociales, sin posibilidades de progreso? Recuerdo a Josué de Castro, en su obra la Geografía del hambre que dice: “Los pobres no duermen porque tienen hambre y los ricos no duermen porque tienen miedo de los que tienen hambre”.

El gobierno debe asumir su responsabilidad y reconocer que, en muchos casos, fue gestor de las calamidades que sufre la población. Un país que no controla sus recursos naturales y las empresas estratégicas para su desarrollo, es un país sin soberanía. ¿En el año 2010 La Argentina cumplirá el Bicentenario de su Independencia, o de su dependencia?

Hay que abrir el debate social, saber el país que se quiere y hacia donde va y reclamar a los que mandan valores y ética en bien del pueblo y no generen más basura política que está asfixiando al país y deja muy mal olor.

La oposición política y económica vocifera contra la aprobada Ley de Medios Audiovisuales, que llaman “Ley K”, pretenden desconocer que hace más de 20 años que muchas organizaciones de medios de comunicación alternativos, de DD.HH. y organizaciones sociales vienen trabajando por la nueva Ley de Medios, superando a la impuesta por la dictadura militar. Felizmente se ha logrado gracias al esfuerzo de todos; pero los opositores pretenden anularla para continuar con la censura solapada y favorecer los monopolios.

Al Grupo Clarín le patearon el hormiguero y furioso arremete contra el gobierno. Es evidente que estaba feliz con la ley de la dictadura militar y los “arreglos” con Menem, que durante su gobierno de relaciones carnales, entregó el país. Los monopolios de medios de comunicación hicieron trizas la libertad de prensa para imponer la libertad de empresa. Y la cultura de la violencia manipulando la conciencia colectiva de muchos sectores sociales.

El pueblo debiera preguntarse, ¿qué hizo la oposición política cuando fueron gobierno con la soberanía nacional y la pobreza, que afecta hoy a miles de argentinos y argentinas, con la entrega de las empresas nacionales y de los recursos del país en manos de las transnacionales?

La lucha es larga y no hay que perder la esperanza, hay capacidad de resistencia, conciencia social, cultural, política y espiritual. Hay que abrir las puertas y ventanas para sacudir el polvo y que entre la luz.

Hay luces que surgen de la acción de sectores sociales y religiosos, como es el “Foro del Pensamiento y Construcción Social”, que busca alternativas y la participación popular en defensa de los intereses de la Nación para la construcción de un auténtico estado de Justicia Social.

El compañero de caminada por América Latina, Eduardo Galeano, dice: “Una palabra abre puertas. ¡ABRACADABRA!, que en hebreo significa “envía tu fuego hasta el final”. A modo de todos los fuegos caminantes que van abriendo puertas por los caminos del mundo. Caminantes por la justicia, portadores del fuego sagrado ¡ABRACADABRA, compañeros!” Hay que liberar la palabra, el pensamiento y ejercer la ética en lo personal y en la política.

Adolfo Pérez Esquivel es Premio Nobel de la Paz 1980.
Fuente original: http://alainet.org/active/33980

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Criminalización de la protesta

25/10/2009
MÁS ATAQUES A LOS MOVIMIENTOS POPULARES
Nueva ofensiva de criminalización de la protesta social

Cada vez con más claridad a medida que pasan los días y las horas, la nueva estrategia de la oposición de derecha y de los grupos económicos cuyos intereses expresa se centra en el eje de una nueva ofensiva de demonización de las organizaciones sociales y sus luchas, a las que se pretende reducir a la condición de meros apéndices instrumentales de las supuestas conspiraciones kirchneristas. El senador y jefe de la UCR Gerardo Morales, la diputada y líder de la Coalición Cívica Elisa Carrió, y también el jefe de gobierno porteño Mauricio Macri, avanzaron sin pruritos en la agitación de los demonios, para marcar una senda que a partir de allí vienen transitando con mucho despliegue Clarín y La Nación.

Carrió, especialmente, fabuló un futuro inmediato –siempre según ella diseñado por los Kirchner- de acuerdo con el cual, y para neutralizar la pérdida de mayoría legislativa que se operará el 10 de diciembre, cuando asuman los legisladores electos el 28 de junio, el matrimonio presidencial lanzará a las calles las huestes piqueteras para “volver a cerrar la ciudad” de Buenos Aires y generar el miedo de la ciudadanía honesta y los esforzados dirigentes de la oposición.

Está absolutamente claro que los grupos cooptados por el kirchnerismo desde 2003 a la fecha, y que permanecen como aliados al gobierno, nunca “cerraron” la ciudad. Las movilizaciones que, en los últimos tiempos, se plantearon cortar de manera coordinada vías de acceso a la ciudad, fueron protagonizadas por organizaciones sociales que siempre cuestionaron las políticas sociales focalizadas y clientelísticas del oficialismo. La última jornada de lucha con esas características, precisamente, fue convocada para repudiar el manejo diseñado desde el gobierno para poner en práctica el plan de generación de 100 mil puestos de trabajo por medio de cooperativas de obra anunciado por la presidenta Cristina Kirchner, manejo regalado a los punteros políticos bonaerenses y del cual se excluía a amplísimos sectores de excluidos del Conurbano. Esa movilización, y su programada continuidad, consiguieron arrancarle al gobierno mejores criterios de distribución del plan.

Como en el caso de las declaraciones de Carrió, los grandes medios hicieron gran despliegue, en las últimas horas, de coberturas que terminan por caracterizar al conjunto de las organizaciones sociales, y a los menguados planes sociales en ejecución, como herramientas de corrupción y control mafioso del kirchnerismo.

La lógica que encierra esta estrategia opositora no es otra que la de una renovada intención de criminalización de la protesta social, generada por sectores político-partidarios y de poder económico que vienen de experiencias de enfrentamiento con la resistencia popular y de violenta represión de sus métodos de lucha, como los que participaron del gobierno de Fernando de la Rúa y del de Eduardo Duhalde, no por casualidad reaparecido ahora en esos mismos medios hasta como un posible candidato presidencial para 2011 tras un discurso en el que promete literalmente amplia libertad de acción para los grandes grupos económicos, los mismos que le exigieron en 2002 métodos de represión de las luchas sociales como el que generó la Masacre de Avellaneda y los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.

La situación plantea un auténtico desafío político para las organizaciones sociales, en la medida en que la virulencia y falacia de la ofensiva de la derecha económica y partidaria podrían empujarlas hacia actitudes más equívocas respecto del gobierno. Si se necesitara algún nuevo elemento para neutralizar ese tironeo, basta comprobar que, tras parir un proyecto de Ley de Presupuesto para 2010 que cristaliza una distribución altamente regresiva del ingreso, el oficialismo sólo piensa en conceder algún plan social complementario otra vez limitado y focalizado.

 

Tomado de: http://www.prensadefrente.org

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Madres adolescentes

¿EL PROBLEMA ES EL EMBARAZO ADOLESCENTE O DEMONIZAR A LAS ADOLESCENTES?

En Argentina, cada año, nacen 100.000 bebés hijos/as de madres adolescentes y el 15 por ciento del total de embarazos se produce en chicos y chicas menores de 20 años. Se necesita implementar la educación sexual en todos los colegios para garantizar el derecho a la información. Sin embargo, nuevas miradas plantean apoyar a las madres y a los padres jóvenes y ofrecerles más oportunidades que condenas.

Por Luciana Peker

“Lo que más me pesaba era sentir que les había hecho daño a mis viejos. En el fondo me sentía culpable. ¡Cómo Natalia va a hacer una cosa así! Una cosa que no entraba en ningún libro”, le contó una joven a Ana Jusid en el libro Cuadernos de la semilla. Historias de madres adolescentes, de Editorial Marea, que busca revolver la visión sobre el embarazo en la edad en la que las chicas deben estudiar, ir a bailar y pensar en qué carrera seguir. ¿Deben? Ana Jusid, con una maestría en Historia y autora de un ensayo sobre Las niñas mamás, cuestiona ese “deber ser” y la mirada social que –como a Natalia– hace sentir en falta a las chicas que tienen hijos antes de los 30 –aunque después les dicen que se apuren para llegar a madres sin pisar los 40– y las catalogan en rojo en el boletín de calificaciones vitales.

“Creo que hay que cambiar de vereda, mirar desde otro lado, no con la mirada piadosa de quien observa a un enfermo sino con la mirada activa y lúcida dispuesta a descubrir por dónde pasa nuestra ideología, es decir, nuestras ideas falsas acerca de la maternidad y la paternidad adolescente. Por eso, propongo descubrir nuestro pensamiento colonizado para ir construyendo uno propio, de nuestros países, según nuestro sur, nuestros orígenes, nuestro mirar el mundo”, apuesta Jusid.

El dilema sobre la maternidad y la paternidad en la adolescencia no es sencillo. El 26 de septiembre, Día Mundial de Prevención del Embarazo No Planificado en Adolescentes, el Centro Latinoamericano Salud y Mujer (Celsam), en una iniciativa patrocinada por Bayer, recordó que cada año nacen, en la Argentina, 107.109 hijos/as de madres adolescentes, según datos del Ministerio de Salud de la Nación.

El objetivo de la campaña es facilitar la discusión abierta sobre salud sexual entre los jóvenes y reducir la incidencia de embarazos no planificados y abortos clandestinos. Este año, la Legislatura porteña promulgó la ley 3091 que instituye “La Semana de Prevención de Embarazo Adolescente No Planificado” y el 26 de septiembre de cada año como “Día de la Prevención del Embarazo Adolescente No Planificado”, generando acciones de prevención y promoción de la salud sexual y reproductiva en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

No es cuestión de cuestionar que los y las adolescentes estén informados, cuando aún en las escuelas secundarias de todo el país la aprobada Ley de Educación Sexual Integral no es un derecho que les llega a todos los alumnos y alumnas. Por supuesto que cada chico y chica debe saber cómo cuidarse de un embarazo no deseado, del VIH y de enfermedades de transmisión sexual. “El conocimiento del cuerpo y el uso de los métodos anticonceptivos es tan importante como aprender a leer y a escribir. Que se niegue el acceso a todo ello habla del control que ciertos grupos desean ejercer sobre nuestras cabezas y cuerpos”, apunta Jusid, que no intenta volverse una promotora –a usanza de Sarah Palin, la conservadora ex candidata a vicepresidenta norteamericana– que mostraba a su hija embarazada como una bandera religiosa y antiaborto.

¿Pero qué pasa cuando ya se pasa el momento de la prevención –o los y las adolescentes quieren y buscan un hijo o hija– y hay panza, parto y pañales? “Hay que hablar de prevención, pero lo primero que hay que prevenir es el maltrato de la sociedad sobre las y los jóvenes que han decidido –o no– ser madres y padres en la adolescencia, el abuso ejercido sobre ellos, sobre sus hijos y sus familias: los insultos, las denigraciones, los gritos, los robos de sus hijos”, describe Jusid.

Tal vez, el debate es cómo se mira y se cataloga a las panzas sub-20. “El embarazo adolescente es una problemática seria y creciente a nivel mundial”, dice el Celsam. Y ahí está el contrapunto: Jusid propone otro punto de vista. “El riesgo fundamental no es ser madre y padre en la adolescencia, sino que ellos –los jóvenes y sus hijos– corren en nuestra sociedad que no los comprende, los juzga, los margina y los abandona”, cuestiona. “Si hablamos de derechos, ¿tienen derecho las y los jóvenes a elegir?, ¿pueden hacerlo?, ¿podremos respetar sus elecciones?, ¿tienen derecho a equivocarse cuando eligen, igual que los adultos?, ¿cómo pensar todo esto?, ¿alcanzan los viejos conocimientos?”, interroga y retruca: “¡Habrá que imaginar teorías nuevas!”.

¿Es un problema que no tengan educación sexual para poder decidir si ser madres o padres? ¿Es un problema que sean madres y padres jóvenes? ¿O es un problema que queden excluidas/os de otros proyectos de vida por falta de vacantes para estudiar, ausencia de jardines maternales en colegios de nivel medio, terciarios y universitarios y poco apoyo estatal, familiar y privado para que los hijos e hijas no sean una traba en el crecimiento, sino una manera de crecer con ellos?

Otro dato polémico es que el 90 por ciento de las madres adolescentes dejan los estudios, por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires. Tres de cada diez chicas se sacan el guardapolvo no bien se enteran de su embarazo, y cerca del 44 por ciento sigue con las carpetas aún después del nacimiento de su bebé, pero, al poco tiempo, dejan de ir a la escuela.

“La relación entre embarazo, maternidad adolescente y deserción escolar no es unívoca e inevitable”, cuestiona la licenciada en Educación Paula Fainsod, autora del libro Embarazo y maternidad adolescente en la escuela media (una discusión sobre las miradas deterministas de las trayectorias escolares de adolescentes embarazadas y madres en contextos de pobreza). “Existen diferentes y desiguales experiencias escolares. Hay adolescentes que, a partir de sus embarazos y maternidades, deben dejar la escuela y otras muchas que ya estaban afuera de la escolarización. Sin embargo, de acuerdo con las investigaciones desarrolladas, cuando la escuela abre las puertas, se construyen estrategias institucionales para la inclusión, se cuenta con resortes políticos, becas, ley de inasistencias justificadas (símil a la licencia por maternidad en el ámbito laboral) para alumnas madres, las desigualdades educativas pueden atenuarse”, estimula la educadora.

¿Las madres adolescentes dejan el colegio porque la maternidad juvenil es sinónimo de fracaso o porque el Estado las condena a ese fracaso sin proyectos de inclusión escolar? ¿Qué pasaría si las mujeres adultas no tuvieran cuidadoras, abuelas o jardines maternales para dejar a sus hijos/as mientras ellas trabajan? Fainsod explica posibles soluciones y actuales trabas para que la maternidad sea una forma de crecer y no de detenerse: “Cuando las instituciones acompañan y dan lugar a las diversas experiencias, las adolescentes madres y/o embarazadas encuentran en las escuelas un lugar donde reencontrarse con lo juvenil, se sienten nombradas y convocadas y resignifican los estudios. Claro que, y sobre todo en los sectores que sufren procesos de marginalización, se presentan obstáculos que pueden poner en tensión la posibilidad de continuar los estudios, no ya por el embarazo y la maternidad, sino por condiciones de desigualdades previas”.

La otra mirada sobre las embarazadas adolescentes no hace una oda de la gestación juvenil, sino del apoyo que requieren las jóvenes: “No se trata de negar las fragilidades que sufren las y los adolescentes a partir de estos fenómenos, sino de visibilizar que el vínculo con la escolaridad a partir del embarazo y la maternidad tiene íntima relación con las posibilidades que ofrecen las sociedades y las instituciones a estas y estos adolescentes para que sus experiencias no devengan necesariamente en deserción escolar”, diferencia Fainsod.

“Hay una gran injusticia”, plantea, también, Jusid. “Si se piensa que está mal tener hijos en la adolescencia, ¿por qué se los abandona a su suerte: no se los ayuda ni a conseguir trabajo, ni vivienda ni a capacitarse? Y se pregunta, aún más provocativa: “¿Hay que disminuir las cifras de madres adolescentes?”. O, patea el tablero de las cuestionadas nueve lunas (supuestamente) antes de tiempo: “¿Y si la maternidad adolescente es un grito contra la exclusión?”.

¿Y LA EDUCACION SEXUAL?

“La búsqueda de la información se resuelve muchas veces por canales poco confiables, como ser Internet o los propios pares, con quienes comparten las mismas dudas y mitos. De esta manera es muy difícil que ellos puedan adueñarse de esta información y ponerla en práctica en su vida privada y tomar decisiones con responsabilidad, autocuidado y cuidado hacia la otra persona”, subraya Karina Iza, médica ginecóloga del Celsam.

Seis de cada diez jóvenes hablan sobre sexualidad y cuidados con sus amigos/as antes que con cualquier otro adulto (padre, madre, docente), según una encuesta sobre educación sexual de los adolescentes, que realizó el Celsam entre 500 jóvenes escolarizados, de entre los 12 y 20 años.

La Ley de Educación Sexual Integral ya está aprobada por el Congreso y normativizada por el Ministerio de Educación de la Nación con acuerdo de todas las provincias. Sin embargo, los contenidos básicos sobre prevención del abuso sexual y el embarazo no buscado no llegan, todavía, a la mayoría de las escuelas –privadas y públicas– de todo el país, como obliga la normativa.

En este contexto, sólo 1 de cada 5 adolescentes conoce la existencia de una ley que garantiza su derecho a recibir educación sexual, un dato que demuestra que todavía la ley no está puesta plenamente en vigencia y que muchos y muchas adolescentes están desinformados sobre su derecho a saber de qué se trata cuidarse y disfrutar (y no a sobre-erotizarse con el sexo que sí saben de qué se trata a través de la mediatización hot que nunca acaba). Alicia Figueroa, médica tocoginecóloga del Celsam, apunta sobre esta contradicción entre la cultura del híper erotismo y la deuda en la aplicación de una educación sexual plena: “La falta de conocimientos que tienen los jóvenes respecto de sus derechos sexuales y reproductivos les dificulta su inclusión en el sistema de salud, donde necesitan encontrar cobertura para sus demandas”.

La mitad de los/las adolescentes consultados aseguró en la encuesta que quieren recibir información acerca de la prevención de las infecciones de transmisión sexual. Esto implica que les preocupa más enfermarse que la posibilidad de un embarazo. Según la encuesta del Celsam, el segundo tema de demanda de los y las estudiantes es conocer sobre métodos anticonceptivos (el 40 por ciento pide información concreta y seria sobre cómo cuidarse) y, en tercer lugar, les preocupa informarse sobre la prevención del abuso sexual. Y, aunque todavía es un tema poco difundido en las escuelas y medios de comunicación, a 1 de cada 10 adolescentes les importa profundizar sobre los roles de género e igualdad entre varones y mujeres.